La infracción de patentes en la vacuna contra el Covid-19

La infracción de patentes en la vacuna contra el Covid-19

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marzo 08 2022

La compañía farmacéutica Moderna, quien desarrollo una de las vacunas contra el Covid-19, enfrentará una demanda en Estados Unidos por una supuesta infracción de patentes. La acusación fue hecha por la empresa Arbutus, quien argumenta que distintas patentes relacionadas con partículas para desarrollar la vacuna son invención suya.

Moderna inicialmente impugnó las patentes ante la Junta de Apelaciones y Juicios de Patentes de Estados Unidos; aunque la junta estuvo de acuerdo con Moderna en que algunas partes de una de las patentes no eran válidas, por lo demás estaban del lado de Arbutus.

Los demandantes han declarado que su intención no es frenar la producción de las vacunas o su distribución; sin embargo, su objetivo es que Moderna le otorgue una compensación justa por el uso de su tecnología, sin la cual la vacuna no habría tenido éxito. En 2021, la venta de la vacuna generó más de 19 mil 500 millones de dólares, y la propia farmacéutica estima que en 2022 sus ingresos alcancen los 21 mil millones de dólares.

Moderna niega la violación de patentes y ha declarado que se defenderán legalmente contra estos alegatos, ya que la vacuna es producto de muchos años de investigación y desarrollo, incluyendo el desarrollo de su propia tecnología.

Por otro lado, la farmacéutica también enfrenta un conflicto de pantentes sobre su vacuna con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), ya que, de acuerdo con el organismo público de investigación, tres de sus científicos ayudaron a diseñar la secuencia genética utilizada en la vacuna multimillonaria de Moderna y deberían figurar en la solicitud de patente, pero la compañía los excluyó del papeleo.

Para este tipo de colaboraciónes con las instituciones públicas, generalmente éstas se ocupan de las fases iniciales de la investigación y luego comparten los resultados a la industria para que los desarrolle. De este modo, los organismos públicos asumen el riesgo de apostar por líneas de investigación que al final no conducen a aplicaciones rentables, y a cambio la industria invierte con fuerza cuando ve una línea prometedora en sus colaboradores públicos, que no suelen disponer de los cientos de millones de euros necesarios para desarrollar el producto y organizar los ensayos clínicos.

Sin embargo, incluso antes de la pandemia, este protocolo ha sido cuestionado debido a la falta de reconocimiento de la propiedad intelectual de la investigación pública.

Si formas parte de la industria farmacéutica, es importante que te asesores con un despacho de propiedad intelectual sobre cómo patentar un invento, de este modo, podrás evitar litigios y harás valer tus derechos.

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