Imagínense esto:
Un video de Facebook de 2017 muestra a la mascota de los Wisconsin Timber Rattlers haciendo mates con una pelota de baloncesto al ritmo de “Space Jam”. Pero aquí está el giro del guión: Watson Music Group, que afirmó haber adquirido todos los derechos de la canción en 2019, sostiene que esos 35 segundos de diversión son una infracción grave y solicita la suma de $150,000 dólares en daños y perjuicios.
¿Una demanda multimillonaria por un video de 35 segundos en redes sociales? ¡Sí, esto es real y estamos aquí para desmenuzarlo todo! |
Esta historia plantea que la obtención de licencias de sincronización puede resultar extremadamente compleja, involucrando la negociación directa con los titulares de derechos de autor, quienes suelen ser compositores o editores. Esto se diferencia de otros tipos de licencias más consolidadas en la industria musical.
La Estrategia de Watson Music Group consta de un enfoque controvertido, que recuerda a lo que se conoce como “trolling de derechos de autor”, una táctica que ha sido empleada por fotógrafos y que plantea preguntas sobre la necesidad de una organización de derechos de sincronización (SRO) para facilitar la negociación colectiva y la resolución de conflictos en este ámbito.
Ahora preguntémonos… ¿Qué nos depara el futuro de las licencias de sincronización? ¿Veremos más demandas de este estilo? ¿Cómo afectará a los creadores y usuarios de contenido en línea? |
Esta historia es solo la punta del iceberg de lo que podría ser una revolución en la forma en que compartimos música en nuestras plataformas digitales.