Como creaciones intelectuales, las patentes y los secretos industriales están incluidas en la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial vigente en México, pero ¿qué diferencias hay entre cada uno y qué alcance tiene la protección legal sobre ellos?
Una revisión de la definición de cada uno de estos conceptos nos permite indagar las características de cada uno y el alcance de su registro por parte de un titular al momento de obtener beneficios que se deriven del uso respectivo al patentar un producto o un invento.
Un secreto industrial, de acuerdo con la ley, es toda la información de aplicación industrial o comercial que guarde una persona y que pueda llevar a la obtención de una ventaja competitiva frente a terceros al realizar actividades económicas.
La información puede existir en forma de documentos, medios electrónicos, discos, microfilms, videos y otras herramientas que permitan el almacenamiento de datos.
La ley establece que la información de dominio público, que sea de conocimiento general o que resulte de fácil acceso no podrá considerarse en ningún caso como un secreto industrial.
Para que se considere que existe un delito en casos relacionados con secretos industriales, la ley indica que debe existir una apropiación indebida de la información; es decir, que se produzca la adquisición, uso o divulgación de los datos de manera contraria a los buenos usos y costumbres en la industria, comercio y servicios e impliquen competencia desleal. No se considera apropiación indebida:
Las patentes son un conjunto de derechos exclusivos que un Estado concede al creador de un nuevo producto o tecnología y que permiten su explotación comercial por un periodo limitado de tiempo, a cambio de la divulgación del invento.
De acuerdo con la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, se pueden patentar las nuevas invenciones en todos los campos de la tecnología, que sean resultado de una actividad inventiva y puedan ser destinadas a usos industriales. Por el contrario, no se permite patentar un producto o invenciones con una explotación comercial que pueda resultar contraria al orden público o vayan en contra de disposiciones legales; como ejemplos hay diferentes casos:
Una patente puede registrarse en cualquier área de la ciencia en la que un invento tenga utilidad para fines comerciales o industriales; en México la protección de los derechos que una patente confiere se prolonga durante 20 años.
Con el fin de tramitar una patente es necesario presentar ante el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) una solicitud que incluya, a grandes rasgos:
Patentar un invento suele ser el medio de protección predominante para avances en áreas como la Medicina y la industria de alimentos, entre otros sectores industriales. En De Hoyos Koloffon contamos con la experiencia y conocimientos necesarios para apoyarte en el proceso que te permitirá obtener el derecho de explotación de tus invenciones. Ponte en contacto con nosotros.